El Cid, ¿Mercenario?

No son pocas las personas, de muy diversas profesiones o actividades, que piensan que El Cid fue un mercenario.
El diccionario de la R. A. E. contempla tres casos de lo que puede ser un mercenario. El primero es: Dicho de una tropa que por estipendio sirve en la guerra a un poder extranjero. También hay mercenarios a título personal o pequeños grupos de personas.
El mercenario, concepto y nombre que aparece con el Renacimiento en la península italiana, combatía por dinero sin importarle la causa por la que lo hacía el bando al que pertenecía cuando este solicitaba el servicio de este tipo de combatientes. En algunos casos abandonaba el combate si no le era favorable el resultado, no faltando ocasiones en que en plena batalla cambiaba de bando. Al mercenario no le importaban las causas por las que su bando combatía.
En la Reconquista de la Península Ibérica combatieron entre si durante casi 800 años moros y cristianos, no faltando ocasiones en que ambos bandos estaban compuestos por moros y cristianos. Al comienzo  pagaban parias reinos cristianos a los moros para que estos no los atacaran y les defendieran de otros reinos cristianos si eran atacados por ellos. Con la aparición de los reinos de taifas la cosa cambió y fueron los musulmanes los que pagaban y los cristianos los que cobraban las parias. Ningún historiador ha calificado de mercenario al ejercito que cobraba cuando acudía a la llamada del que pagaba. A lo largo de la Reconquista se dieron muchos casos en el que en los ejércitos cristianos había soldados musulmanes y  a la inversa. Así tenemos a El Cid en Sevilla a cobrar las parias que el rey sevillano tenía que pagar a Castilla para que esta no le atacara y, también, le defendiera de quien le atacase. Así mismo, tenemos al conde castellano-leones García Ordoñez en Córdoba por la misma razón. Como resulta que ambos reyes tenían cuentas pendientes entre si, el de Granada le pide al conde que con sus tropas le ayude para atacar al de Sevilla. El de Sevilla al ver que ve a ser atacado por el de Granada le pide a El Cid que con sus tropas le defienda. Hubo batalla, la de Cabra, en la que las tropas de El Cid junto con las del rey sevillano derrotan a los de Córdoba. El Cid hizo preso al conde, aunque le liberó antes de volver a Castilla. En esta batalla combatieron dos ejércitos, compuestos ambos por moros y cristianos. Como resulta que los moros pagaban y los cristianos cobraban, ¿eran mercenarios los cristianos, con Alfonso VI a la cabeza?
Cuando El Cid sale desterrado de Castilla automáticamente entra en territorio enemigo, sea este moro o cristiano, por lo que su supervivencia está en grave peligro. Tiene que estar en continuo movimiento, pues si permaneciese mucho tiempo acampado en un lugar podría formarse un ejército que lo atacase. Por eso lo que hace es ofrecerse en primer lugar al Conde de Barcelona, que no lo ha llamado, para que le de cobijo a cambio de defenderle de quien le ataque. El Conde le rechaza y se ofrece al rey moro de Zaragoza que lo acepta. Está al servicio de este hasta finales de 1086. En este tiempo guerrea contra el rey moro de Lérida. Por intereses diversos ayudan al leridano diversas tropas cristianas no castellanas. ¿Serían también mercenarios el Conde de Barcelona Berenguer Ramón II y el rey de Navarra y Aragón Sancho Ramírez por ayudar al rey moro de Lérida?
Por último. El mercenario no se ve forzado a ponerse al servicio de un señor ajeno, que previamente ha solicitado el servicio de este tipo de combatientes, mientras que a El Cid no le queda otra solución que encontrar alguien que le de cobijo para asegurar su supervivencia. Más adelante, prueba otro sistema de supervivencia que consiste en hacerse con alguna plaza, asentarse en ella y resistir lo que pueda. Este sistema le sale mejor hasta el punto de poder cobrar parias a otros para no atacarlos. Con este sistema llega hasta Valencia. El Cid no fue mercenario de nadie.

Juan Carlos Romero Laredo