INFORME SOBRE EL ESCUDO QUE FIGURA EN LA VENERA DE LA HERMANDAD DE LOS MUY ILUSTRES CABALLEROS HIJOSDALGO DE RÍO UBIERNA E INFANZONES DE VIVAR DEL CID.
Un escudo heráldico es símbolo de reconocimiento por hazañas excepcionales y requería de una cédula de concesión como reconocimiento del soberano a los servicios prestados (1)
Como corporación nobiliaria dotada de personalidad jurídica -tanto civil como canónica- la Hermandad está plenamente capacitada y legitimada parta poder ostentar un escudo o emblema distintivo de la misma y de sus actos.
Partiendo de la base fundada en la representación que tienen los escudos heráldicos, pueden dividirse estos en diferentes clases según sean las entidades por ellos representadas. La clasificación primera y más general que debe hacerse bajo este concepto consiste en distinguirlos de dos clases:
simples y compuestos. Si atendemos a la categoría de las personas significadas, nos
encontramos ante un escudo de comunidad o corporación, que corresponden a juntas o asociaciones
LIBRO DE LA HERMANDAD.
Como antecedente tenemos el gran escudo de armas que figura en el Libro de la Hermandad, abierto en 1585.
Es de forma española o redondeada en cuyo campo de gules se ubican nueve billetes cuadrados de plata, puestos tres, tres, dos y una: rodeando el blasón, unas volutas decorativas de las que parecen formar parte –aunque tengan su origen en los bordes externos del propio escudo- cuatro brazos, uno de ellos (el superior) de extremo flordelisado, los dos laterales, trilobulados, y el inferior adoptando la forma de voluta abierta en dos.
Ninguna leyenda o cartela nos identifica la naturaleza o titularidad que se adjudica al mismo.
Por su localización en el seno del Libro de Acuerdos y por su ubicación preferente no han sido pocas las voces que se han manifestado a favor de su interpretación como escudo de armas de esta histórica corporación nobiliaria.
Tal como interpreta el Doctor don Félix Martínez Llorente, teniendo en cuenta el número de billetes o cartelas dispuestos en su campo, es muy probable que constituya un recurso ideado por nuestro artista para dar entrada solemne a los nombres o las firmas de aquellos que en 1585 ocupaban los oficios y cargos que desarrollaban el gobierno y la administración de la Hermandad: 3 Diputados, 2 Procuradores, 2 Receptores y 2 Contadores.
El escudo actual, en forma circular, fue adoptado en 1958 a propuesta del Maestre Doctor Don José María Codón Fernández.
Basándose en el atribuido a El Cid Campeador, procedente de la casa de Mendoza, que completa con la banda de gules perfilada en oro ganada por Iñigo López de Mendoza (1187- 1203) en la batalla de las Navas de Tolosa el 16 de julio de 1212.
Hijo de Lope Íñiguez (-), fue quien construyó la torre de Mendoza a principios del siglo XIII y por haber contribuido a la rotura del cerco de las cadenas que custodiaban la tienda del almohade Miramamolín (1199-1213), añadió a su escudo de armas una orla con las cadenas.
Una de las dependencias más interesantes del Alcázar de Segovia es la Sala de los Reyes, iniciada en tiempos de Alfonso X y finalizada en 1596.
En el friso superior apreciamos 52 esculturas sedentes que corresponden a los reyes de Asturias, de Castilla y de León (desde Don Pelayo a Juana la Loca). Estas imágenes se encuentran acompañadas de otras de personajes importantes en la historia de Castilla, como Fernán González y El Cid.
En el Libro de retratos de los Reyes del Alcázar de Segovia, manuscrito ilustrado de 64 folios de papel verjurado doble datado el año 1594, una de las aguadas de Hernando de Ávila representa el escudo atribuido a Ruy Diaz de Biuar.
Se trata del escudo primitivo de los Mendoza, que, teniéndose por descendientes de El Cid por parte de Fernando, primogénito de Laín Calvo (2), es una cadena de oro en campo de sinople tal como se conserva en la cámara real del Alcázar de Segovia.
El mote “Ave María Gratia Plena” entra tardíamente en el escudo de los Mendoza por Doña Leonor de Vega, segunda esposa de Don Diego Hurtado de Mendoza (1399) y madre del marqués de Santillana (3).
Escudo de la casa de Mendoza unido al de la casa de la Vega
Pedro González de Mendoza, arzobispo de Toledo, cardenal de España y canciller de los Reyes Católicos consiguió de los monarcas el título de conde del Cid para las posesiones de su primogénito fruto de la unión no legítima con Mencía de Castro, o de Meneses. El padre era a la sazón obispo de Calahorra y ya jefe de la casa de Mendoza tras la muerte de su padre el primer marqués de Santillana.
En 1492, tras ser legitimado por los Reyes Católicos y el propio Pontífice, los Monarcas le conceden los títulos de marqués del Zenete y conde del Cid a Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza (1446–1523) (4). Con el primero, se añaden en señorío las villas que forman el estado granadino: y con el segundo, la villa y castillo de Jadraque (5), junto al río Henares, más todo su territorio en torno, formado por numerosas villas, así como las casas mayores del cardenal en la ciudad de Guadalajara (6). Rodrigo edificó para su primera hija, Mencía de Mendoza, el bello Castillo de La Calahorra, obra de Lorenzo Vázquez.
El título de Conde del Cid (7) (1492-1882), fue rehabilitado por el rey Alfonso XIII en 1921 a favor de Joaquín de Arteaga y Echagüe XVII duque del Infantado, que devino así en el decimoquinto conde del Cid.
Todos los genealogistas de los siglos XVI y XVII coincidían en afirmar que el linaje de los Mendoza estaba emparentado con Rodrigo Díaz de Vivar.
En tiempos del Cid no existe constancia de uso de armas heráldicas en España, ni siquiera por parte del rey (aporte de la colombiana María Emma Escobar Uribe en su obra Glosario de términos genealógicos).
Las armas de Castilla, en campo de gules un castillo de tres torres, se usaron por primera vez en el sepulcro de Alfonso VIII (+ 1214 y descendiente del Cid), enterrado junto con su mujer, Leonor de Plantagenet, en el Monasterio de Las Huelgas (Burgos).
En 1986 al encargar al taller madrileño la confección de las veneras, se acordó aceptar el falso escudo circular, de las bóvedas del templo del monasterio de San Pedro de Cardeña, donde dese 1970 se cruzan los caballeros de la Hermandad, añadiendo la orla de oro sobre campo de azur, “Caballeros de Río Ubierna e Infanzones de Vivar del Cid” y amparándolo todo con la cruz de cobre plateada, en recuerdo del antiquísimo crucifijo que se conserva en la parroquia de San Juan Bautista en Ubiernaviii.
No es la cruz de la venera de Alfonso X El Sabio, que es de oro y con distinta tapa, que vemos a la derecha.
Bóveda de crucería en la iglesia de San Pedro de Cardeña con escudo cidiano en una de sus claves. Podemos observar las cadenas que lo rodean.
Cruz de Santiago, capilla de la Buena Mañana, parroquia de San Gil en sepulcro (izquierda) y reja (derecha), armas de la familia Lerma. Misma cruz en sepulcro de Fernando Alonso, sobrino de El Cid, San Pedro de Cardeña (centro).
En la iglesia parroquial de San Miguel de Vivar se conserva un interesante estandarte con motivos cidianos.
Se trata de un paño rectangular de proporciones 5:8, cuyas medidas máximas son 1520 x 920 mm (fig. 3); es de raso blanco con fimbria dorada y con una farpa ojival en el centro del batiente y flecos dorados a lo largo de éste (ver figura).
El caballero aparece sobre un paisaje rural, al fondo del cual y a la izquierda se ve un grupo de casas con una iglesia, que representa la silueta de Vivar del Cid visto desde el sur.
Al pie de la composición aparece la siguiente inscripción
EL PUEBLO DE VIVAR DEL CID A LA MEMORIA DE SU ILUSTRE FUNDADOR EL VALEROSO DEFENSOR DE LA FE CRISTIANA Y DEL SUELO PATRIO RODRIGO DIAZ DE VIVAR